Francisco, una explosión de vida

El pasado 14 de octubre se celebró en la iglesia de los Capuchinos de la Virgen de Pompeya de Barcelona un encuentro dedicado al Cántico de las Criaturas con ocasión de los 800 años de su composición
Angela Barusi

Chesterton decía que cada época merece el santo que más la contradice, que actúa como antídoto contra sus venenos.
En un momento de dificultad, tristeza y esterilidad que impregna la vida de Europa y del mundo, san Francisco vuelve a infundirnos ánimo, a corregir nuestra mirada, a alentar a todos aquellos que han sido tocados por su memoria y carisma. Francisco ha estado corrigiendo, desde finales del siglo XII hasta la actualidad, las posibles desviaciones de desprecio por el mundo real que se han ido manifestando en cada época.

De un santo puede resultarnos extraña su forma de vida y sin embargo ejercita sobre nosotros una indescifrable y atractiva correspondencia. El santo no es un superhombre o un hombre abstracto sino un hombre verdadero, un hombre nuevo.
¿Cuáles son las características del hombre nuevo? Don Giussani, en una charla de 1981 sobre san Francisco, contesta: «Una simple capacidad para afirmar la realidad. Luego, una capacidad de amar el destino reconocido de la propia vida. Este amor une a las personas y a las cosas en ese mismo destino, dando lugar a una fecundidad inconmensurable. Finalmente, el santo se caracteriza por una capacidad de alegría que permite vislumbrar la dimensión de la eternidad en este mundo».

Es lo que nos ha pasado a los miembros de la asociación J.H. Newman de Barcelona que nos hemos empleado en la preparación de este encuentro. Nos hemos acercado a la figura de san Francisco de puntillas, intrigados principalmente por la decisión del gobierno italiano de asignar a nuestro amigo Davide Rondoni el encargo de presidir el “Comité para los festejos del octavo centenario de la muerte de san Francisco” (este organismo tiene la tarea de desarrollar una programación cultural relacionada con la vida, obras y lugares vinculados a la figura de san Francisco). No un hombre de iglesia, un franciscano, un estudioso, sino un poeta porque san Francisco es un santo y un poeta que habla a todos.

Al acercarse a la figura de san Francisco, lo primero que se siente es una indignidad absoluta y una gran desproporción. A pesar de los miles de estudios realizados, después de 800 años la vida de san Francisco es un misterio continuo, que no se puede acotar a lo que sabemos o creemos saber. Su figura te obliga a romper los esquemas y a mirarlo de nuevo.
Los que preparamos este encuentro lo sabemos bien: nos hemos visto obligados a despojarnos de nuestras ideas preconcebidas y a mirarlo con ojos nuevos. ¡Ha sido un recorrido fascinante! Nos ha ayudado a entender el significado de la cultura tal como la hemos aprendido en el movimiento, nos ha empujado a la caridad y el encuentro se ha transformado en un gesto de misión y anuncio.

San Francisco es el protagonista de un gran relato que hay que continuar estudiando y transmitiendo… es inagotable. Como todas las personas portadoras de carismas es generador de una energía continua. Del sentido positivo de la vida de Francisco surgieron las mejores energías del arte y de la vida social europea, incluida la económica: desde la representación de la vida de san Francisco del Giotto, pilar de desarrollo de toda la historia del arte moderno, a Dante, Petrarca, Boccaccio, Manzoni, Gaudí, hasta el franciscano Paolo Benanti, uno de los mayores expertos en temas de inteligencia artificial y ética tecnológica.

Un signo permanente de la "explosión de vida" de san Francisco es el Cántico de las Criaturas, cuya composición se remonta a 1225. Por aquel entonces la salud del santo era ya muy grave. Ya no veía el sol, las estrellas y, a pesar de su estado, en lugar de convertirse en transmisor de una oscuridad total, fue capaz de asombro ante la belleza de la creación, signo inequívoco de la paternidad y la bondad de Dios. Francisco lo entrega a sus frailes, sus hermanos, pidiéndoles que lo cantaran siempre, para vivir su vida en alabanza.

El Cántico de las Criaturas es la primera poesía escrita en italiano “vulgar” llegada hasta nosotros y se considera el punto de partida de la literatura italiana. Un texto poético que, además de ser la “matriz” de la literatura occidental, ofrece una visión muy actual sobre los problemas de la naturaleza (lo que se considera natural) y la naturaleza humana.

El encuentro consiguió arrojar luz sobre el Cántico, liberándolo de las interpretaciones reduccionistas contemporáneas. Davide Rondoni desmiente el mito de Francisco como "defensor del medio ambiente", reducido a un icono del ambientalismo superficial. El Cántico no es una alabanza a la naturaleza, sino al Todopoderoso, fuente de toda la creación. Este enfoque desafía las tendencias contemporáneas de autodeterminación y narcisismo, poniendo de nuevo en primer plano la idea de la vida como un don, no como una posesión.

San Francisco nos pide pobreza y perdón. Y la pobreza, explicó Rondoni, no es miseria ̶ Francisco luchó en contra de la miseria ̶ sino aligerarse de lo superfluo y vivir todo como signo del Omnipotente. No somos los dueños de nada ni de nadie. Cuando comprendes que los que amas no te pertenecen experimentas leticia, la confiada “ligereza” de vivir la vida como tierra fértil, abonada por Dios.
Francisco nos pide el perdón. El hombre que perdona alaba a Dios. El perdón no existe en la naturaleza, hay que elegirlo y es el atributo más libre y gratuito del hombre. La libertad verdadera se experimenta cuando se tiene la libertad de perdonar, incluso al adversario.
Sin perdón no puede haber paz verdadera.

Francisco es pequeño pero inmenso. Con el tiempo se ha convertido en un amigo excepcional al lado del cual te atreves a tener osadía. Durante meses hemos presentado el proyecto de este encuentro a unos y a otros, y todos han querido colaborar. Lo que al comienzo iba a ser una simple conferencia se transformó en un bellísimo evento en el que se entrelazaron palabras, música, cantos y galletas (los mostaccioli que tanto le gustaban a san Francisco) gracias a las muchas personas y entidades que aceptaron sumarse a la celebración. Cada uno ha hecho su parte y san Francisco nos ha ayudado y sonreído.