
La Escuela de comunidad es un
instrumento educativo fundamental de los que participan en la vida del movimiento. Consiste en la meditación personal de un texto, a la que siguen encuentros comunitarios. El trabajo se concibe justamente como una escuela: ante todo, conlleva como método una
comparación entre la propuesta cristiana y la vida, para comprobar cómo la fe responde a las exigencias humanas en cada aspecto de la realidad. La participación es libre y a menudo se propone en los ámbitos de estudio y de trabajo. Los encuentros tienen generalmente una
periodicidad semanal.