Jornada de apertura de curso de CL en Madrid (Foto: Andrés Portela)

Una historia de comunión

La Jornada de apertura de curso de Comunión y Liberación en España. La lección de Enrique Arroyo
Yolanda Menéndez

Más de 800 personas participaron el pasado 5 de octubre en la Jornada de apertura de curso de Comunión y Liberación en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo en Madrid, una jornada que también se ha celebrado en otros puntos de España, como Barcelona y Tenerife, bajo el título “Llamados, es decir, enviados: el inicio de la misión”.

La jornada consistió en una lección de Enrique Arroyo, responsable de CL en España, cuyo texto está disponible íntegramente, a la que siguió un testimonio de Jordi Cabanes, director del colegio Abat Oliba Spínola en Barcelona, que mostró con el ejemplo de su trabajo y su amistad la diferencia entre «preocuparse más por la convivencia comunitaria que por la comunión».

Cabanes narró la historia de su conversión, «primero al catolicismo y luego al movimiento de CL» a través de una amistad que cada vez marcaba más su forma de vivir y de trabajar, hasta el punto de concebirse «entrando en el colegio yo solo, pero como si todos mis amigos entraran allí conmigo, como una legión de ángeles». Una compañía en la que pone en juego todo lo que sucede para que entre otra mirada más grande que la suya, tanto en las dificultades de la vida personal y matrimonial como en los detalles más concretos de su trabajo diario.

«Y vosotros, ¿a quién seguís?». La primera vez que Jordi escuchó esta pregunta le removió y le impactó tanto que desde entonces decidió dejarse interpelar siempre por la provocación de aquellos amigos. Recordó especialmente un viaje a Italia donde conoció la historia de Cometa, una “familia de familias” que conviven juntas acogiendo a otros, niños y no tan niños. «Tenían una relación donde nada de lo que pasaba quedaba fuera de la comunión». Así es como nació la vida de la “Masía”, un grupo de familias que comparte la vida cotidiana, en un mismo lugar físico durante el verano y como forma de vivir el resto del tiempo, acompañándose en todo, sin dejar fuera nada, siguiendo siempre una indicación: «incluso cuando surgen ciertas dificultades o incomprensiones, no subrayéis la extrañeza que puede colarse entre vosotros, sino vuestra comunión».