«El corazón del hombre está siempre incompleto»
El obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán, celebra el fin de curso con la comunidad de CL retomando el capítulo quinto de El sentido religiosoEl pasado 23 de junio, la comunidad del movimiento de Comunión y Liberación en la diócesis de Getafe celebró su encuentro de fin de curso con su obispo, monseñor Ginés García Beltrán, en el centro cultural Aniceto Marinas, de Brunete. Un encuentro presentado por José Fernández Crespo, responsable diocesano de la Fraternidad de CL en Getafe, y que contó también con la presencia de la alcaldesa del municipio, Mar Nicolás Robledano, que asistió acompañada por parte de su equipo de gobierno.
El encuentro llevaba por título “La naturaleza del yo como promesa”, partiendo del capítulo quinto del libro El sentido religioso, de Luigi Giussani, que es el texto que ha acompañado el trabajo de la Escuela de comunidad, el encuentro catequético semanal de CL. A raíz de ese texto, dedicado a las preguntas últimas que surgen en el corazón del hombre y que le impulsan a afrontar la vida, el acto comenzó con tres testimonios de Silvia Guerrero, profesora y joven madre de familia; José María Sayavera, que tuvo que dejar su trabajo como delineante por una discapacidad visual y actualmente se dedica a cuidar de sus padres dependientes; y Pilar Conesa, funcionaria que recientemente ha tenido que afrontar un cambio laboral complicado.
Después de estas tres intervenciones, el obispo destacó la importancia de dar testimonio del encuentro con Cristo en el mundo. «Parte de nuestra misión es favorecer que el mundo se haga preguntas porque esas preguntas definitivas las llevamos dentro y si no les damos espacio, ese espacio lo ocupará el poder, que ese encarga de responderlas por nosotros». Don Ginés destacó del texto de Giussani el ejemplo del científico, que no ceja en su empeño por conocer la realidad pero a medida que va descubriendo cosas se hace siempre preguntas nuevas que le impulsan a ir más allá. «Lo más grave es creer que cuando alcanzo algo ya tengo la totalidad porque el corazón del hombre está siempre incompleto», y ahí es donde entra en juego la alternativa entre soledad y desesperación. «La soledad sin respuestas te lleva a la desesperación. Por eso, lo contrario de la soledad es la esperanza. Como decía el poeta Charles Péguy, la esperanza es la hermana pequeña de las virtudes, porque la fe crea catedrales y la caridad hospitales, pero sin la esperanza ambos acabarían siendo cementerios. La soledad puede estar habitada o deshabitada y el hombre es promesa de una soledad habitada por una compañía que es más original que mi soledad. Lo más original no es lo que yo construyo sino lo que se me da». El obispo terminó animando a hacer presente esta originalidad, esta forma de vivir. «Estas preguntas remiten a un Misterio que no me cabe en el bolsillo porque es mucho más grande, no me lo puedo guardar. Estas preguntas son siempre un afán de infinito. Ojalá no se acaben nunca».
El acto concluyó con un saludo de la alcaldesa, que dejó a un lado sus papeles para confesar que «vuestros testimonios me han tocado profundamente». Y dirigiéndose al párroco de Brunete, Roberto Redondo, le dijo públicamente: «Tenemos que hablar de esto».