«Yo pertenecía a Otro»
El político italiano Roberto Formigoni ha presentado en Madrid y Barcelona su libro-entrevista "Una extraordinaria aventura política"«Nunca he visto a este hombre, pero le conozco, porque somos la misma cosa», decía hace treinta años una chavala de 14 mientras repartía panfletos pidiendo el voto para un joven Roberto Formigoni que se presentaba como candidato a presidir la región de Lombardía. Una presidencia que ostentó durante 18 años, de 1995 a 2013, y que estuvo marcada por importantes reformar en el ámbito sanitario y educativo.
Su carrera política había empezado antes, cuando se presentó primero en las listas europeas, pero esa vocación ya la he había llevado en 1975 a crear el Movimiento Popular, que él define como «una escuela de formación política para mí y para mis amigos». Después de conocer a Luigi Giussani y al movimiento de Comunión y Liberación, después de participar activamente en la campaña por la derogación de la ley del divorcio el año anterior, «queríamos que hubiera una presencia cristiana explícita en todos los ámbitos de la sociedad italiana».
Roberto Formigoni ha estado en España presentando Una extraordinaria aventura política en Madrid y Barcelona. Se trata de un libro-entrevista con el periodista italiano Rodolfo Casadei, quien afirmaba en la presentación de Madrid, promovida por la asociación cultural Aquí y Ahora, que pretende «recuperar la memoria, no para glorificar el pasado, sino para salvar el presente porque la memoria determina nuestra identidad». Le acompañaba el diputado popular Carlos Aragonés, que definió este libro como «una reivindicación de la amistad política». Junto a ellos, el presidente y fundador de Ediciones Encuentro, José Miguel Oriol, destacaba «la figura de Roberto Formigoni en la historia de CL y su valor para entender la presencia cristiana en política».
Durante su testimonio, Formigoni subrayó la importancia de la figura de don Giussani para descubrir un cristianismo que le fascinó y le abrió apasionadamente a todos los ámbitos de la realidad, hasta comprometerse por entero con la vida pública. «Fue una personalidad que me enseñó un cristianismo diferente, abierto al mundo y a la totalidad, que se interesaba por todos los problemas del hombre. Con él descubrí que cualquier tema tenía que ver con Cristo y que Cristo tenía que ver con todo lo que nos interesaba».
En su diálogo con el diputado del PP Carlos Aragonés, este le preguntó por los conflictos de poder que podría generarle su pertenencia cristiana. «La tentación del poder existe –reconoció Formigoni– pero su antídoto es la vida de una comunidad cristiana verdadera. ¿Es que el cristiano no debe buscar el poder para evitar su tentación? ¡No! El problema es cómo ejerce ese poder. Creo que en una sociedad anticristiana y secularizada, el cristiano tiene el deber de comprometerse en política. Es más, debemos pedir que en nuestras comunidades cristianas nazcan vocaciones a la política. Al menos, que surja un interés auténtico por la política». Sobre su pertenencia a unas determinadas siglas o corrientes partidistas, aseguró que los líderes de su partido, entre los que citó concretamente a Berlusconi, siempre supieron a quién pertenecía él, y afirmó con contundencia: «Yo pertenecía a Otro».
La parte final de su carrera política en activo fue la más dramática, marcada por un proceso judicial que terminó con una condena de cárcel. «Siempre me he preguntado por qué el Padre eterno permitió que sufriera tanto y todavía no he encontrado una respuesta, pero tengo la certeza absoluta de que si lo permitió fue por un bien mayor. Esta convicción no me ha abandonado nunca».
*Asociación Cultural Aquí y Ahora