Jesús Carrascosa, José Fernández Crespo y monseñor Ginés García Beltrán

«La Iglesia espera mucho de vosotros»

El obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán, dialoga con Jesús Carrascosa, responsable de CL. «Os animo a seguir caminando y trabajando por el reino de Dios»
Yolanda Menéndez

«La Iglesia espera mucho de vosotros, espera mucho de vuestra alegría, de vuestra esperanza y de vuestra fe». Con estas palabras se dirigió a la comunidad de Comunión y Liberación en Getafe su obispo, monseñor Ginés García Beltrán, en un encuentro que tuvo lugar el pasado 23 de junio en el colegio internacional Kolbe de Villanueva de la Cañada con motivo del fin de curso. Este acto tuvo la forma de diálogo entre el obispo y Jesús Carrascosa, más conocido como Carras, nuevo responsable de este movimiento eclesial en España, que agradeció sus palabras.

Como buen maestro, Carras partió de un poema de León Felipe que habla de Cristo como alguien que «vino, nos puso una tarea y se fue», pero afirmó que un Cristo así al final no interesa. Por eso él dedicó su vida a una tarea que le parecía más útil en plena lucha contra el franquismo, pero al final «mi ideal anarquista me defraudó porque se planteaba cambiar el mundo sin cambiar al hombre. Pero sin cambiar al hombre no cambias el mundo, ¿y quién puede cambiar al hombre?». Fue entonces cuando conoció a Luigi Giussani, fundador de CL, de cuyo nacimiento se cumplen ahora cien años, y le cambió la vida. El Cristo que Giussani le enseñó era distinto al que había conocido hasta entonces, «Cristo ahí era concreto porque transformaba a esas personas. Y nunca me ha defraudado porque me sigue cambiando, a mí y a mis amigos».

«Esa insistencia en un Cristo contemporáneo es algo que valoro mucho en Giussani», respondió don Ginés. «Cristo vive en el mundo y lo transforma hoy. No es del todo verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor. Aunque ciertamente el presente debe estar abierto al pasado y al futuro. Pero la salvación es hoy. Y hoy no es un mundo ficticio o imaginado. Este es el hoy de la salvación». A raíz de una pregunta de José Fernández Crespo, responsable diocesano de CL en Getafe y delegado de Apostolado Seglar en la diócesis, sobre la presentación de las conclusiones de la fase diocesana del próximo Sínodo, donde se planteaba un cierto alejamiento de la Iglesia respecto del mundo, monseñor Beltrán afirmó que «vivimos en una época de esencias, debemos ir a lo esencial. A veces habrá que retirarse a los cuarteles de invierno pero también hay que estar en la frontera, aunque podamos recibir tiros. Porque si no estamos ahí nos estaremos cargando la Encarnación. La fe y los sacramentos no son como un sombrero que se quita y se pone, lo sobrenatural no es algo q se superpone a lo natural sino que Cristo entra hasta las entrañas de lo natural transformándolo». Sin embargo, advirtió del riesgo de que «a veces queramos identificarnos con el mundo demasiado y podemos confundirnos con él. Ya decía Newman q quien se casa con la moda corre el riesgo de quedar viudo. La Iglesia debe estar en la vida fecundando el mundo con la savia nueva de Cristo. De todas formas, no comparto del todo la afirmación de que la Iglesia esté alejada del mundo, ¿acaso cada uno de vosotros no vive a diario en el mundo? Vuestra presencia ya fecunda el mundo».

En este sentido, Carras retomó una provocadora cita de don Giussani, que dice que «hombre religioso es el que vive intensamente la realidad». Una afirmación que a un anarquista como él le impactó especialmente. «Es justo lo contrario de lo que decía Marx: “la religión es el opio del pueblo”. No he oído nunca a nadie decir algo así. Para don Giussani era fundamental tener una propuesta para el hombre, pero igualmente esencial era tener un método para esa propuesta, porque si no tienes un método la propuesta se vuelve inalcanzable». Ese método se concreta en CL en que «nosotros tocamos la realidad con tres manos: cultura, caridad y misión. La caridad es algo revolucionario para Giussani, pues nos proponía la caritativa no solo para ayudar a los demás sino sobre todo para aprender y descubrir el valor de la gratuidad. La gratuidad nos hace incansables en el mundo porque no buscamos nada a cambio, nos hace totalmente libres. La cultura es el juicio que uno da sobre todas las cosas, capaz de juzgarlo todo y de proponer lo que es más verdadero. Y la misión porque, si yo vivo la experiencia de Cristo, la vivo delante del mundo. Ese es el método pedagógico de don Gius: la realidad y las manos para tocarla».

De cara al futuro del movimiento coincidiendo con el centenario de don Giussani, el obispo de Getafe nos animó a no tener miedo a dejarnos corregir. «No es bueno recibir las correcciones como un ataque sino como una llamada. En todas las historias carismáticas surgen dificultades cuando acaba la etapa fundacional y si esto no es de Dios acabará, pero si es de Dios no habrá quien acabe con ello, y os aseguro que la Iglesia espera mucho de vosotros, de vuestra alegría, de vuestra esperanza y de vuestra fe. Por eso os animo a seguir caminando y trabajando por el reino de Dios».