Te invito a cenar. Un gran regalo

Más de mil invitados en la cena de navidad de las obras caritativas vinculadas a la Compañía de las Obras en el Palacio de Congresos de Madrid. Una amistad fruto de la caridad
Roberto de la Cruz

Más de un millar de personas se dieron cita un año más en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid en IFEMA para celebrar una cena especial. La misma que desde hace siete años organiza un gran número de asociaciones de acción social pertenecientes a la Compañía de las Obras, que durante todo el año atienden a personas en riesgo de exclusión social.

22 de diciembre. La cita es a las 19.30 horas a las puertas del palacio. Nadie llega tarde. Alrededor del edificio esperan con expectación y alegría. Saben que van a vivir una noche especial y que van a hacerlo acompañados por quienes les ayudan desde hace tiempo. Como en años anteriores, son más de mil los invitados a esta nueva edición de la cena, en la que colaboran 600 voluntarios que desde el comienzo de la gala empiezan a servir a quienes van entrando las tapas que han preparado los chefs.

Son ricos pastrami artesanos, deliciosa samosa de pato con garam masala y puré de boniato ahumado, exquisita mozarella con pesto de maíz y chipotle, así como tartar de aceitunas gordal y negra hojiblanca con sardina en salazón, pintxo de ciervo con papayón y alioli, así como vichyssoise con tartar de pera. Son solo algunos de los 22 entrantes que abren el apetito de mayores y pequeños en la planta baja del palacio, una antesala de lo que van a disfrutar no solo en gastronomía. Mientras saborean los manjares, varios magos de la Escuela de Magia de Ana Tamariz hacen las delicias de los asistentes con grandes trucos de cartas que les dejan sorprendidos.

Tras casi una hora de aperitivo, las escaleras mecánicas empiezan a subir. De forma ordenada, invitados y acompañantes comienzan a repartirse en las mesas asignadas. Siguen sin parar los agradecimientos del que ha sido un año de tiempos prósperos y momentos de dificultad para todas las familias y amigos. Ana ha venido con dos de sus tres hijos, Gabriela y Cristian, acompañados de sus parejas, Bryan y Karim, y el hijo se ésta, Jossemir. También se han traído a la pequeña Ainhoa, hija de unos amigos. Ellos, junto a todos los comensales, disfrutan del menú preparado por cocineros de Te Invito a Cenar y de la Escuela de Hostelería de la ONG CESAL.

Ana vino a Madrid desde Ecuador hace más de quince años. En el último decenio ha vivido en un piso alquilado de una ciudad aledaña a la capital que próximamente tendrá que abandonar tras acumular largos meses de impagos. De momento continúa su trabajo de tareas en el hogar en el centro de Madrid. Se confiesa apesadumbrada por la circunstancia a la que le obliga su búsqueda de una nueva casa, pero a la vez se considera afortunada porque dos de sus hijos ya estén trabajando y la otra prosigue con éxito sus estudios. Su relato siempre termina con un agradecimiento por haber conocido lo que para ella es una compañía fundamental, la de quienes una vez al mes la visitan para estar con ella y llevarla una caja de alimentos no perecederos del Banco de Solidaridad.

Sorpresas materiales y laborales. A todos los comensales les han dado antes de ocupar sus mesas un número de tres cifras del que desconocen su significado hasta que uno de los animadores de la cena llama a tres personas para proceder a un concurso. Por todos los lados de la sala van saliendo los afortunados a recoger sus premios, una cesta con productos navideños, una paletilla de jamón y una camiseta del Real Madrid firmada por todos los jugadores del club.

Pero no todas las sorpresas acaban aquí. De las conversaciones en las mesas durante la cena se recuerdan las mejores anécdotas del año que ahora termina y también se habla de trabajo. El hijo de Ana, Cristian, instalador de fibra óptica, estudia ahora un grado superior que le va a permitir optimizar su trabajo en una filial de Telefónica, en la que hasta ahora ha trabajado. De sus palabras está atento Jesús Gómez, CEO de Ioon Technologies, patrocinador de la mesa en la que Cristian y su familia cenan. Jesús se interesa por las tareas laborales de Cristian y de la cena sale una entrevista de trabajo para primeros de enero en Aravaca, sede de la empresa de Jesús.

La cena de la que ahora disfrutan la llevan dando forma desde antes del verano un grupo de unas doce personas en reuniones mensuales para que todo salga lo mejor posible. De ello dan cuenta todos los invitados, también quienes desde las administraciones públicas no se han querido perder el evento. A la cena han acudido la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y dos delegados de área del ayuntamiento de la capital, el director general de Mercamadrid y el director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, entre otros.

El banquete concluye con cantos. Son villancicos de la tradición española y latinoamericana que unen más si cabe a los asistentes. Todos están aquí por una relación que ha nacido de la caridad y todos quieren que así siga siendo, como se inició en el comienzo. Por eso a la salida del Palacio de Congresos, junto a los abrazos se comparten emplazamientos a la próxima cita con los voluntarios de la Casa de San Antonio, Bocatas, CESAL, Banco de Solidaridad, Fundación Acogida, Proyecto Miriam y Estela de Cometa. Todo un regalo, el mayor regalo.