El domingo 7 de abril se celebró una calçotada con más de cien personas en Moyá (Barcelona). A pesar de que el tiempo no acompañaba demasiado, fue un día precioso. En primer lugar, hubo una yincana que tuvo un gran éxito de participación: muchos volvieron a la infancia. Mientras tanto, un grupo de expertos calçoteros se encargaban de cocinar incansablemente grandes cantidades de esta cebolla alargada típica en tierras catalanas.

Cuando llegó el momento de sentarse a la mesa, el chaparrón que cayó y obligó a guardar todos los bártulos no fue impedimento para gozar de la comida ni de la compañía. Sin duda, fue un día en el que la compañía fue fundamental para mirar lo que el Señor ha puesto en nuestro corazón, un deseo inmenso de ser amados y encontrarnos con Él. A veces, uno necesita experimentar esto con más fuerza, para mirarse mejor y ser más suyo.

Algunas personas que no conocían el movimiento también estaban invitadas, y una de ellas contaba lo sorprendida que estaba por la forma en que simplemente entre nosotros nos preguntamos: «Y tú, ¿cómo estás?», porque tras esta pregunta hay una forma diferente de mirar. Decía que no era solamente un «Y tú, ¿qué haces con tu vida?», sino un «¿Qué ha hecho el Señor en ti últimamente?». Un regalo inmenso que no puede darse por descontado.
María, Barcelona