Picos de Europa. «Todo lo que hacemos nunca basta»
El campamento de verano de los bachilleres españoles donde ha participado un grupo de amigos italianos. Los testimonios de Xenia, Lluís, Paula, Judith muestran qué significa que “el verdadero protagonista de la historia es el mendigo”Del 14 al 21 de julio, en Picos de Europa, al norte de España, se han dado cita estudiantes de varias ciudades españolas en los ya tradicionales campamentos de vacaciones para bachilleres, una propuesta original que invita a compartir todos los momentos de la jornada. Este año, también ha participado un grupo de bachilleres italianos, alumnos del liceo Sacro Cuore de Milán, del Instituto Omnicomprensivo de Corsico y de Abbiategrasso.
El lema de las vacaciones –“El verdadero protagonista de la historia es el mendigo”– se puso de manifiesto en el testimonio de chavales y profesores con una modalidad muy característica de estas vacaciones: cada día, por la mañana, por la tarde y al acabar el día, alguien contaba cómo vive, de qué modo se descubre protagonista de su propia vida.
El primer testimonio fue el de Xenia, que contó cómo al conocer la experiencia cristiana había aprendido a usar su corazón. Desde que se encontró con Cristo todo se hizo nuevo, desde la relación con sus padres a la de su novio. Al conocer la amistad cristiana, al descubrir «una mirada sobre mí misma», fue como si adquiriera una energía nueva que la empujaba a afrontar positivamente cualquier situación, hasta las más difíciles.
Patti, una chica que quería irse a Estados Unidos en busca de algo verdadero pero que no pudo marcharse, contó que quedándose en España conoció a unos profesores en los que encontró aquello que buscaba, y eso le cambió la vida, hasta el punto de darse cuenta de que la juventud es el tiempo de Dios, en el que todo es ocasión. De modo que cuando pudo irse a EE.UU y se encontró allí sola y triste, lo que más le ayudó fue la experiencia que había vivido en España, la relación que tenía con esos profesores y el modo en que ellos la habían mirado. La memoria de esa experiencia la sostuvo allí de tal modo que al volver a España decidió implicarse aún con más ímpetu en la experiencia cristiana.
Lluís, profesor de Lengua y literatura catalana, narró su historia. Lo tenía todo, pero vivía de «manera dividida», hasta que el encuentro con un amigo y unos profesores universitarios le hicieron volver a preguntarse sobre Dios, le hicieron pensar que quizá Dios existía realmente. Intuir que existía un Tú le cambió la vida. Desde aquel momento, marcado por el regalo que le hizo un amigo, un rosario que todavía conserva, todo se volvió fascinante. Hasta el amor cambió. «Ya no consiste en poseer a una persona sino en amar su destino».
Paula contó su encuentro con un profesor que le impactó por su humanidad. Ella pensaba que no podría vivir esa experiencia porque no se sentía preferida, pero al mismo tiempo lo que veía en su profesor le llamaba la atención y ese atractivo, poco a poco, la fue cambiando, tanto que hasta sus padres lo notaron, algo que la ayudó a entender lo que le estaba pasando. Cuando empezó a ir a la Escuela de comunidad, sus padres le pidieron por “prudencia” que no lo hiciera. Paula obedeció, pero incluso en esta dificultad comprendió que podía renunciar a la Escuela pero no al lugar que la hacía feliz. Este año no ha ido a las vacaciones de Navidad ni a los Ejercicios pero estaba contenta, porque lo que vivían sus amigos también era para ella. Paula siempre ha estado segura de que su dolor por no poder ir a la Escuela de comunidad no podía ser un mal, tenía que ser un bien incluso para sus padres. Este año el suyo ha sido un camino de libertad, en el que ha tomado conciencia de aquello por lo que vive.
Judith contó que, para ella, estos tres años participando en las vacaciones de Picos de Europa siempre han sido la ocasión de encontrar algo que le ayudaba a vivir, como una adrenalina que seguía descubriendo dentro cuando volvía a casa. Pero este año no era así, «es como si todo lo que hacemos no me bastara, como si no fuera suficiente», dijo. La razón por la que ni siquiera le basta esta hermosa semana es «la necesidad de Cristo, la necesidad de una relación con Él».
Llama la atención y conmueve a la vez que en estas vacaciones cada día comenzara con una persona que testimoniaba cómo Cristo le había conquistado y le sigue conquistando, donde lo más decisivo no es hacer ni organizar sino pedir Su presencia. En la velada de música lírica, con la voz de Laia y el piano de Javi, escuchamos fragmentos musicales cargados de tristeza que llevaban a la certeza de ciertas piezas de Hendel. En la misma línea, Alfonso, un profesor de Madrid, presentó el libro Sucederá la flor de Jesús Montiel, que habla de un padre cuyo hijo es diagnosticado por una leucemia a los dos años de edad, y cómo este drama le abre a descubrir el misterio de la vida. Un testimonio de gran intensidad humana que nos hizo ver cómo se puede vivir en cualquier condición, en cualquier situación es posible vislumbrar un resquicio de positividad.
En la “velada de cantos”, la profundidad de la pregunta humana, su tensión y su vibración en la voz resultó conmovedora, como un testimonio de que en el canto el hombre hable de sí y de aquello que desea.
Agnes y Anna, dos chicas de Barcelona, presentaron un itinerario literario por la misericordia: de Miguel Mañara al Innominado, la historia de Tim Guenard que, abandonado por su madre y desgarrado por dramáticas experiencias, se encontrará con un sacerdote en cuya mirada recobrará la confianza en su humanidad, para terminar con la proyección de algunas secuencias del musical Los miserables. Un recorrido que mostró lo que todo hombre necesita: el tierno abrazo del Eterno.
Fueron fascinantes los juegos, donde los chicos tuvieron que enfrentarse divididos en cuatro equipos, Brasil, Francia, Alemania e Inglaterra. La pregunta sobre cómo vivir intensamente cualquier aspecto de la realidad marcó cada momento de la semana, desde la convivencia cotidiana en una tienda de campaña a la maravillosa excursión de dos días con subida por las cimas de los Picos, noche bajo las estrellas y descenso hasta la playa, con la intensidad de una amistad donde cada uno se ve desafiado a reconocer su origen: la presencia de Jesús.
Gianni, Abbiategrasso