En esta vigésima edición de EM hemos verificado una vez más que existe una amistad capaz de generar convivencia, de tejer historia. La amistad entre los que hacemos EM desde hace veinte años, sostenida por la pertenencia a Cristo en su Iglesia, y la amistad con tantos, llegados de las más diversas procedencias culturales, con los que hemos podido hacer un tramo de camino. En medio de una gran turbulencia social y política en España, con guerras crueles en el mundo, con una soledad rampante en nuestras ciudades y una creciente ceguera respecto al significado de la vida humana, nos hemos preguntado qué significa esta amistad, qué aporta a nuestra propia vida y al mundo.

La planificación estratégica para cambiar las cosas tiene su valor, como ha dicho el obispo Erik Varden, pero el verdadero cambio acontece a partir de una vida plena que se comparte, como sucedió en la gran historia benedictina en Europa. El obispo de Trondheim nos ha invitado a reconocer este tiempo histórico como una oportunidad de gracia, de resurrección, a atrevernos a ofrecer con sencillez al mundo la riqueza de vida que se nos ha dado. La exposición dedicada a Takashi Nagai, médico japonés converso al catolicismo, que tras la explosión de la bomba atómica en Nagasaki fue testigo “de lo que no muere”, nos ha mostrado que ninguna circunstancia puede impedir comunicar la verdad y la consistencia última de lo humano. (...)

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